viernes, 12 de agosto de 2011

Un Padre sin patria, una patria sin padre

En la madrugada del 10 al 11 de agosto tal que hace 75 años, fue asesinado junto al menos 4 personas más en el km 4 de la carretera de Carmona, donde en la actualidad existe un monumento conmemorativo, un notario natural de Casares, asentado en Coria del Río, D. Blas Infante Pérez Vargas, con motivo de esta efeméride, se le rinde homenaje cada año, y cada vez de forma más rocambolesca, esta no es la patria de Blas Infante, esa patria no existe, es más, está más lejos que nunca de existir, ya que cualquier síntoma de vida en el pueblo andaluz hace años que desapareció, por un lado un PSOE que homenajea al denominado padre de la patria andaluza, autor del himno y la bandera, en un acto plagado de banderas republicanas, y sin un solo símbolo andaluz, ni una sola arbonaida (como sé que muy pocos conocen esta denominación, es el nombre que se le da a la bandera andaluza, de 2 franjas verdes y una franja blanca central, con el escudo compuesto por un Hércules juvenil, flanqueado por 2 leones, en las columnas), cuando menos es algo curioso, es como si en el homenaje a Washington no hubiera ni una sola bandera norteamericana, un poco Kafkiano, teniendo en cuenta que el PSOE lleva 30 años gobernando este país, y que nunca en esos 30 años ha conmemorado su asesinato.
Por otro lado el PP, la derecha, los enterradores, lo homenajean en un acto en el parlamento andaluz con una ofrenda floral, a pesar de ignorar por completo su pensamiento, y coger de toda su vasta obra solo una frase del himno, por sí, por españa y la humanidad, (disculpen si al opresor no le pongo mayúsculas, que a mi entender es símbolo de respeto, que para mí no lo tiene), ignorando por completo su pensamiento, totalmente de izquierdas, que como entenderá el lector no voy a desgranar, baste un solo comentario, D. Blas Infante se presentó en diversas candidaturas, todas ellas bien en partidos políticos, bien en coaliciones políticas denominadas de izquierda radical, sí han oído bien de izquierda radical, por lo que es otro elemento de locura colectiva digno de estudio por las más autorizadas autoridades en psicosociología, más aún cuando su portavoz parlamentaria y a la vez alcaldesa, en su municipio no se conoce bandera andaluza, a la que parece tener algún tipo de grima.
Cada año se celebran también el homenaje por parte de la fundación Blas Infante, que a mi entender debiera ser el único acto, de forma oficial, mayoritaria y en el que pudieran intervenir los distintos colectivos, pero lejos de ello estamos a años luz y no deja de ser uno más, minoritario y meramente testimonial, como el que realiza el PA, lejos está en los últimos años de ser el acto multitudinario que antaño congregaba a centenares de personas, cuando era una opción emergente, que se ha evaporado del panorama político, de la sociedad y solo queda en el subconsciente colectivo como aquella opción simpática a la que todo el mundo le hubiera gustado votar alguna vez, pero que nunca lo hizo.
Además han celebrado homenajes iu, y otras fuerzas minoritarias, pero cabe destacar que salvo el acto del PA, el resto fueron actos de una concurrencia absolutamente deplorable, aún así el acto andalucista fue el más tímido de la historia, el que suscribe se atreve a afirmar que difícilmente sumando los asistentes a todos estos actos se llegaría a sumar el millar de personas, lo que da muestra del triunfo de la labor enterradora de los políticos que han puesto gran empeño en ello, del fracaso del sistema educativo en cuanto a la difusión de la figura y la relevancia histórica del homenajeado, así como la situación actual de la conciencia de pueblo, inexistente, desaparecida y enterrada, solo los mayores de 50 años recuerdan aquel 4 de diciembre, y aquel 28 de febrero, únicas fechas destacables de la lucha colectiva, y que a los jóvenes ni siquiera les suena, a ello han contribuido los medios de comunicación, de los que ni uno solo han dedicado una programación especial o un apartado destacable, ni siquiera los institucionales, así están las cosas, esta no es la patria de Infante, esta patria está todavía más dormida que cuando el luchó por despertarla, y ni siquiera es patria de nadie, abandonados a la desidia, al seguidismo, a lo fácil, nuestra memoria se va apocando, hasta hacerse imperceptible, y pronto nuestra identidad quedará desterrada para siempre quedando solo viva en soñadores como el que suscribe, que siguen soñando con una patria andaluza, con un pueblo en libertad, en igualdad y en progreso, no estancado en la mediocridad, el servilismo y el nepotismo.

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